Aceptación.
¡Cuánto cuesta aceptar algo que es distinto a como pensamos que tendría que ser!
¡Cuánto cuesta aceptar que cada cuál es como es!
¡Cuánto cuesta aceptar que un@ es diferente a los demás y que no ha de ser igual a un prototipo, esquema o concepto determinado!
El quid de la cuestión estriba, en especial y en concreto, en que un@ se capaz de llegar al entendimiento de que la aceptación empieza por un@ mism@.
Es fundamental y esenciall, comprender que lo patrones que se promueven dificultan la práctica de la aceptación. Y es que tales patrones, como la moda, por ejemplo, van y vienen. Pero a menos que un@ tenga su propio esquema de cómo ha de ser, por qué y para qué, aceptarse y aceptar a los demás cuesta bastante.
Pero no es cuestión de insistir en esto, sino de advertir un ejemplo evidente de cómo a quién llamaron la mujer más fea del mundo, Lissie Velasquez, es una viva muestra de aceptarse, de aceptación. Pero, además, alguien puede pensar que a esta mujer le falta algo, pero en realidad lo tiene todo.